93 años de diseño argentino - Alberto Churba
- lauraragucci
- 20 sept
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El Palacio Errazuriz- Alvear, diseñado en 1911, era la residencia particular de Josefina de Alvear y Matías Errázuriz Ortúzar. Ambos apasionados por el arte, vivieron durante 10 años en Europa, donde adquirieron obras de arte tanto europeo como oriental. Tanto la colección como la casa misma fueron adquiridas por el Estado Argentino en 1936. El Museo de Arte Decorativo y Alberto Churba, el diseñador cuya retrospectiva se exhibe hasta mediados de octubre, nacieron casi al mismo tiempo.
Por lo general, las muestras se ven limitadas a una o dos salas del museo, sin embargo la trayectoria de Alberto Churba, hizo necesario utilizar toda la planta baja. Impresionan las alfombras desplegadas en el gran hall. Se trata de trabajos artesanales, cuya producción llevó más de tres meses. Churba diseñó estas superficies jugando con las texturas, la densidad de los nudos, la altura del pelo y los degradé. Dispuestas en el espacio central, contrastan fuertemente con el estilo Tudor de las ventanas, los biombos orientales y la chimenea en piedra. Para apreciar mejor el juego de colores, se sugiere subir a la galería del primer piso. Dado que el hall es de doble altura, el efecto desde arriba es magnífico, las cinco arañas de bronce que cuelgan de las vigas, no entorpecen el cuadro, sino que lo complementan.
En el salón comedor de inspiración barroca, las porcelanas chinas conviven con el muy celebrado Sillón Cinta. Esta pieza, diseñada en 1969, está conformada por una pieza de madera curvada, que integra asiento, respaldo y apoyabrazos. Su ubicación sobre una plataforma, permite apreciar su belleza en 360 grados. En las paredes se puede apreciar su obra más reciente, las pinturas digitales. Estos cuadros tienen un aire textil, con sus tramados multicolor y sus curvas y pliegues. Los colores son vibrantes o totalmente neutros, en las gamas de los grises.
La pequeña sala, que une el salón comedor con el espectacular salón de baile, fue aprovechada para colgar una selección de telas. Se trata de lonas coloridas, que al colgar desde gran altura, general un delicado laberinto que invita a ser recorrido. Los motivos son muy diversos y van desde unos delicados bouquets florales en rosas y violetas, hasta unos sólidos diseños geométricos. Churba diseñó para la firma suiza Nef-Nelo durante los años 70 y sus creaciones se vendieron en Europa, Estados Unidos y Japón, donde se convirtieron en manteles, cortinas, tapizados y almohadones.
En una de las salas más bellas de la casa, el gran salón de baile de estilo rococó se presentar la colección de vidrio soplado. Las coloridas piezas, con sus transparencias, bellamente dispuestas sobre una larga mesa central, también transparente, se multiplican y funden en los espejos que cubren las paredes. Churba realizó piezas únicas, de colores netos. Son muy hermosos vasos y platos en blanco y negro, pero también esculturas, tan etéreas como elegantes.
Una vida dedicada al diseño, desplegada en un escenario excepcional. Una cita imperdible para todos los amantes del arte, que quieran disfrutar de las ocurrencias de este artista, que tuvo la libertad, siendo el menor de 6 hermanos, de explorar todas sus inquietudes. Pianista, bailarín y por sobre todas las cosas, un gran artista plástico. Formado en Bellas Artes, reconocido a nivel mundial, actual y aún vital a sus 93 años.

Diseño infinito – Retrospectiva en homenaje a Alberto Churba
Curaduría de Sandra Hillar y Wustavo Quiroga
hasta el 12 de octubre
Museo de Arte Decorativo – Lunes y martes cerrado
Av. Del Libertador 1902
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