top of page

Jan Lisiecki - ein unvergleichbarer Pianist

En 2010 decidí ir a Singapore a festejar el año del Tigre de Oro, un momento especial para todos los tigres como yo. Singapore es un lugar muy interesante. Una ciudad en contínua transformación, recorrible y vivible, pero con una tradición cultural totalmente ajena a la nuestra. Recorriendo el parque Merlion encontré, inesperadamente, un piano blanco y decidí sentarme cerca, para ver si llegaba alguien a tocarlo. Así, totalmente inesperado, fue mi primer encuentro con Jan Lisiecki. Un joven alto y delgado, vestido informalmente, se acercó muy decidido al instrumento y arrancó con una bellísima polonesa de Chopin. La interpretación era brillante y muy clásica, hasta que de pronto se transformó en algo distinto, que nunca había oido "Chopin tocado a la Mozart". Una combinación extravagante, que nos cautivó por algunos minutos, hasta que nuevamente mutó. Gracias a un rápido giro de su mano, que movió algo dentro del piano, el sonido se transformó radicalmente. Medio teclado sonaba como si fuese un clavicordio y el la otra mitad como un piano normal. Chopin apenas si se distinguía, jazzeado, tocado al unísono en este instrumento de dos voces. La gente, que al principio no había registrado la llegada del pianista y que conversaba alegremente durante la primera pieza, estaba ahora absorta y muda. Lisiecki seguía moviendo cosas y cambiando la voz del piano, los ritmos, las melodías que por momentos parecían conocidas y por otros eran totalmente atípicas. Desde ese día seguí a Jan Lisiecki, este talento polaco, radicado en Canadá, pero ciudadano del mundo, que con nueve (9) añitos dio su primer concierto con orquesta. Ya con quince fue contratado por la Deutsche Gramophon para grabar Chopin y era mundialmente reconocido por su pasión y virtuosismo. Diez años más tarde tuve el placer de volverlo a oir en persona, esta vez desde la Cazuela del Teatro Colón. Este disfrute fue fruto, una vez más, de una inesperada casualidad. El Mozarteum trajo a la Orquesta Filarmónica de Cámara de la ciudad de Bremen. El concierto preveía la presencia de un virtuoso del violín, Christian Tetzlaff, quien desafortunadamente, tuvo que cancelar su gira. Jan se prestó a suplirlo y deslumbró con su interpretación del Concierto para piano y orquesta nro 3 (opus 37) de Ludwig van Beethoven. El bis fue sublime. Lisiecki interpretó el nocturno nro. 21 en Do Menor de Chopin, que rara vez oimos en el Colón, con una sensibilidad e intensidad pocas veces vista. Un verdadero deleite. Espero no tener que esperar otros 10 años para volver a oirlo tocar. ¡Hasta pronto Jan!

© 2019 hecho por Laura Ragucci

Todos los derechos reservados.

  • Facebook Black Round
  • Instagram Black Round
  • Twitter Black Round
  • Vimeo Black Round
bottom of page